La determinación de los grupos sanguíneos, en concreto del sistema AB0 y el factor Rh, es una práctica muy sencilla que puede realizarse en el laboratorio, y que puede servirnos para comprender su importancia y funcionamiento desde diferentes campos de estudio:
- Hematología: qué son los grupos sanguíneos y cuál es su importancia clínica.
- Inmunología: pudiendo observar cómo se produce la unión antígeno-anticuerpo
- Fisiología: viendo como los componentes de la membrana plasmática (en este caso de los eritrocitos) tienen un papel esencial en el funcionamiento del organismo.
Otras prácticas sencillas relacionadas con la hematología que puedes realizar son la tinción de Giemsa, la identificación de células sanguíneas al microscopio óptico, o el recuento manual de eritrocitos, leucocitos y plaquetas en hemocitómetro.
Tabla de contenidos
ToggleSistema AB0 y factor Rh
Si bien es cierto que se han diferenciado multitud de sistemas de grupos sanguíneos (actualmente se reconocen 43 por la Sociedad Internacional de Transfusión de Sangre) los más importantes y más sencillos de determinar en el laboratorio (ya que se comercializan kits rápidos de determinación) son el sistema AB0 y el factor Rh.
- El sistema AB0 se basa en la presencia de los antígenos A y B en la membrana de los eritrocitos. En base a su presencia o ausencia, diferenciaremos cuatro grupos: A, B, AB y 0 (imagen 1).
De esta manera, una persona del grupo A tendrá en la superficie de sus eritrocitos antígenos de tipo A; una persona de tipo B, antígenos de tipo B; una persona AB, ambos tipos de antígeno y, por último, una persona de tipo 0 no tendrá ninguno de ellos.
De igual forma, el factor Rh se basa en la presencia (Rh positivo) o ausencia (Rh negativo) el antígeno D en la membrana del eritrocito (imagen 2).
¿Por qué es importante conocer el grupo sanguíneo?
La determinación del grupo sanguíneo es fundamental en diversos campos, destacando:
- Transfusiones sanguíneas: es esencial que la sangre donada sea compatible con la sangre del receptor para evitar reacciones adversas que pueden poner en riesgo la vida.
- Embarazo: la incompatibilidad del grupo Rh entre la madre y el feto puede causar problemas durante el embarazo (enfermedad hemolítica del recién nacido).
- Trasplante de órganos.
- Susceptibilidad a ciertas enfermedades.
Materiales para la determinación de grupos sanguíneos
- Lanceta estéril
- Algodón y alcohol
- Dos portaobjetos
- Rotulador permanente
- 4 palillos de diente
- Reactivos anti-A, anti-B, anti-A,B, anti-D (imagen de portada).
Protocolo para la determinación de grupos sanguíneos
- Rotular en cada uno de los portaobjetos dos zonas sobre las que se depositarán posteriormente una gota de sangre y uno de los reactivos. Por ejemplo: A y B en un portaobjeto, A,B y Rh en otro portaobjeto.
- Masajear la yema del dedo para estimular la circulación sanguínea.
- Desinfectar la zona con un el algodón impregnado en alcohol.
- Realizar la punción capilar en la zona desinfectada con la lanceta.
- Presionar ligeramente para estimular la salida de la sangre.
- Depositaremos 4 gotas de sangre: una sobre cada zona de las rotuladas en los dos portaobjetos.
- Volver a tapar con el algodón impregnado en alcohol para cortar la hemorragia y desinfectar.
- Dejando pasar el mínimo tiempo posible para evitar que las gotas de sangre se sequen añadimos cada uno de los reactivos sobre las zonas rotuladas:
- anti-A sobre la gota rotulada como A.
- anti-B sobre la gota rotulada como B.
- anti-A,B sobre la gota rotulada como A,B.
- anti-D sobre la gota rotulada como Rh.
- Utilizando un palillo para cada una de las muestras, homogeneizamos el reactivo y la sangre.
- Pasados unos segundos, deberían comenzar a ser visibles los resultados.
Interpretación de resultados en la determinación de grupos sanguíneos
Este tipo de pruebas de determinación recibe el nombre de pruebas de aglutinación.
Es así ya que se basan en la adición de anticuerpos (cada uno de los reactivos empleados) capaces de unirse a los diferentes antígenos presentes en la membrana de los eritrocitos:
- En caso de que la persona tenga en su superficie antígenos de tipo A, se unirán los anticuerpos del reactivo anti-A.
- En caso de que la persona tenga en su superficie antígenos de tipo B, se unirán los anticuerpos del reactivo anti-B.
- En caso de que la persona tenga en su superficie antígenos A y B, se unirán los anticuerpos de los reactivos anti-A y anti-B.
- En caso de que la persona tenga en su superficie antígenos D, se unirán los anticuerpos del reactivo anti-D.
En caso de producirse esta unión, se formará una aglutinación, es decir, un entramado de anticuerpos y eritrocitos unidos que, debido a su peso, precipitan.
Así, interpretaremos como positivas aquellas muestras en las que observemos estos agregados o precipitados (una especie de “grumos”) y como negativas aquellas en las que haya ausencia de aglutinación (la muestra permanecerá homogénea).
Interpretación de los resultados del reactivo anti-A,B en la determinación de grupos sanguíneos
En este punto, vamos a hacer especial mención al reactivo anti-A,B. En los kits comerciales que se adquieren suelen venir junto con el resto de reactivos, pero debemos saber que su función es únicamente de verificación de los resultados, ya que lo que contiene son anticuerpos tanto para el antígeno A como para el B.
Teniendo esto en cuenta, no debemos dejar que un resultado positivo en este reactivo nos haga caer en una equivocación a la hora de interpretar los resultados: en este caso, se producirá aglutinación si la persona es AB, pero también si es “solo” A o “solo” B (ya que como hemos dicho lo que contiene es ambos tipos de anticuerpo).
Así, la manera correcta de poder discernir esos tres casos será mirando el resultado positivo o negativo en los reactivos antiA y anti-B, y no únicamente en este reactivo que, como hemos dicho, se añade para poder verificar con otro reactivo más que los resultados obtenidos son coherentes.
Compatibilidad entre grupos sanguíneos
Por último, es esencial comprender que nuestro sistema inmune genera anticuerpos específicos en contra de los antígenos de superficie de eritrocitos que su cuerpo no posee, los cuales también están en circulación sanguínea. De esta forma, tenemos que:
- Aquellas personas que son de grupo A, generan anticuerpos capaces de reconocer y unirse a los antígenos de tipo B.
- Aquellas personas que son de grupo B, generan anticuerpos capaces de reconocer y unirse a los antígenos de tipo A.
- Aquellas personas que son de grupo AB, no generan ninguno de los dos tipos de anticuerpos.
- Sin embargo, aquellas personas que son de grupo 0, generan ambos tipos de anticuerpos.
- Por último, individuos Rh positivos no generarán anticuerpos en contra del antígeno D, cosa que sí ocurrirá en los Rh negativos.
De toda esta información, obtenemos una clara aplicación clínica: cuando hablamos de transfusiones sanguíneas, no todas las personas pueden recibir sangre de cualquier donante, y por ende no todos los donantes pueden donar a cualquier receptor. Es muy importante que se analice cada caso para transfundir sangre compatible, ya que de no ser así pueden desencadenarse reacciones transfusionales hemolíticas que pueden llegar a ser mortales para el paciente.
La siguiente tabla resume de manera sencilla la compatibilidad entre grupos sanguíneos.